jueves, 4 de febrero de 2010
Bienvenida
- Otro Potter… Tienes la misma duda ¿Cierto?
- Sí, quiero estar en Gryffindor – susurró Albus mientras deseaba eso con los ojos cerrados.
- Um… tienes un corazón muy noble chico, y tantas cualidades de casas diferentes ¡Qué dilema! Pero si tu corazón lo que dice es… ¡GRYFFINDOR!
- Gracias – murmuró Albus antes de que le quitaran el sombrero.
No se había dado cuenta de que toda la mesa de Gryffindor estaba de pie y aplaudían con mucha fuerza. Hasta algunos alumnos de otras casas estaban de pie, sonriéndole.
Caminó hasta la mesa de su nueva casa, le encantaba, su hermano James lo jaló por el brazo y lo sentó a su lado, junto a sus primos y amigos. Encontró a las gemelas Molly y Lucy, a su lado se encontraba estaba Lila, quien sonreía a Albus. Thiwet seguía pasando alumnos al sombrero, unos de Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin. No les prestó mucha atención hasta que llamaron a uno más:
- Weasly, Rose.
La chica estaba pálida, parecía de piedra, se movía temblorosa hacia el sombrero y miró a la mesa donde estaban todos sus primos, todos sonrieron para infundirle ánimo, ella se alivió un poco y compuso una media sonrisa.
Rose se sentó en el taburete esperando la decisión del sombrero, la niña ya empezaba a sudar frió cuando el sombrero se movió y dijo:
- ¡GRYFFINDOR!
Los Weasley, Albus y Lila aplaudieron mucho más fuerte que los demás, Rose salió corriendo y se sentó al lado de su primo y Lila.
- ¡Qué susto tenía! –exclamó ella.
- Igual yo… por un momento pensé que tocaría en Slytherin.
- Que mal que Scorp no está con nosotros.
- Sí, pero por lo menos está en Ravenclaw.
- Ese chico es algo tímido ¿No creen? –comentó Lila.
La directora McGonagall se paró de su asiento y levantó una mano para pedir silencio, todos los chicos dejaron de parlotear y la escucharon.
- Acaba de empezar otro año en Hogwarts, como también otro año de Magia y Hechicería para algunos y para los nuevos su primera experiencia, cada año es un camino nuevo que cursar, les recomiendo esforzarse al máximo e ir por el camino recto hacia la meta. Bienvenidos sean los nuevos alumnos y felicidades por su integración en sus respectivas casas, vivan en ellas con honor y respeto, serán como su familia aquí, estaremos muy orgullosos de cada uno de ustedes por cada merito que logren. Ahora sin más preámbulo, la cena.
La directora aplaudió una sola vez y apareció en los platos dorados alimentos para cenar, diferentes tipos, Albus tomó los que más le llamaba la atención y comió con sus primos hasta que no pudo más.
- Creo que voy a reventar –le comentó Albus a Rose cuando terminaron de comer.
Los demás alumnos también habían terminado de comer, la directora se paró y dijo:
- Ahora el postre.
La profesora volvió a aplaudir y desaparecieron todos los platos vacios de la cena para suplantarlos por miles de postres de diferentes tamaños y sabores, Rose tomó varios en su plato y Albus a pesar de lo lleno que estaba no la dejó atrás.
Todos hablaron, bromearon y comieron un tanto más hasta que la profesora desapareció los platos faltantes.
- Los de primer año sigan a los prefectos de sus casas que los guiaran a sus dormitorios. Buenas noches y suerte en su primer día de clases mañana.
La profesora Mcgonagall sonrió y miró en dirección de los alumnos de primero, por un momento Albus pensó que tal vez lo estaba mirando a él, aunque descartó la idea de repente al voltear entre tantos alumnos nuevos a su alrededor.
- Por aquí los de Gryffindor –dijo un chico alto y formido con su insignia de prefecto.
Los chicos nuevos de Gryffindor lo siguieron, siguieron extensos y largos pasillos de la escuela, cada vez más alucinantes que los otros, con velas flotando, cuadros parlantes o fantasmas que pasaban de un lado a otro.
A mitad de un pasillo apareció un fantasma atravesando una pared, era muy transparente y ladeaba mucho la cabeza a un lado.
- ¡Bienvenidos sean los nuevos Gryffindors! –dijo el fantasma con júbilo.
- Este es Sir Nicholas casi decapitado, es el fantasma de Hogwarts –explicó el prefecto.
- ¿Casi? –preguntó Melanie quién estaba detrás de Albus.
- Si, lamentablemente… casi. –el fantasma ladeo la cabeza y parecía caerse, pero no lo hacía, solo le colgaba de un lado.
- ¡Macabro! –exclamó un chico que se hallaba cerca y todos los demás murmuraron emocionados.
- Suficiente, déjenme llevarlos a los dormitorios. Por aquí.
- Adiós Sir Nicholas –se despidió Melanie.
- Adiós mortales, llámenme Nick si así lo desean.
Caminaron por la entrada de las escaleras y todos se detuvieron en seco cuando empezaron a moverse. Una de enfrente se detuvo y el prefecto siguió caminando.
- No se preocupen, les gusta cambiar a diario.
Todos los chicos murmuraban exaltaciones sobre la información que habían recopilado. Llegaron a un extremo donde había un retrato de una mujer regordeta con un vestido pastel, pero de pronto salió de una de las paredes un extraño fantasma, solo que esta tenía colores y era más pequeño, como un duende, volaba alrededor de los alumnos mientras cantaba:
- ¡Bienvenido los nuevos! ¡Bienvenidos los mocosillos nuevos!
- Basta Peeves –dijo el prefecto- El es el del colegio.
- ¡Qué novedad! ¡Otro hijo de Pipipote! –dijo Peeves acercándose a Albus.
- ¿Quién?
- ¡De Potter! ¡Otro mocosiPotti!
- ¡Ya basta! Llamaré al Barón Sanguinario de inmediato.
El portegeist hizó una mueca grosera con los dedos y se fue andando y cantando blasfemias por los pasillos.
- ¿Quién es el Barón Sanguinario? –preguntó una chica pelirroja con muchas pecas.
- El fantasma de Slytherin, es el único que pone a Peeves en su lugar cuando no está la directora.
El muchacho se acercó al cuadro que habían visto los chicos antes, la mujer regordeta se movió y lo saludó con la mano.
- Esta es la Dama Gorda, es uno de los retratos de Hogwarts y resguarda la entrada de la casa de Gryffindor.
- ¿Cómo entramos?
- Con santo y seña claro –el cuadro se movió y todos los chicos se acercaron para verla.
- Regularmente cambiamos las claves, si hay alguno, se les avisará con la jefa de su casa, es decir, con la profesora Thinwet ¿Alguna duda?
- ¿Vamos a entrar? –preguntó Rose.
- Por supuesto, Recalis de Regalíz.
El cuadro se hizo a un lado y todos entraron corriendo a ver la sala común, era grande, espaciosa, decorada de colores dorados y vino tintos, había muchos muebles cómodos y una amplia chimenea, algunos chicos se quedaron contemplándola mientras se sentaban para hablar de la llegada a Hogwarts.
- ¿Vieron las carrosas de los de tercero?
- ¡Creo que vi algo moviéndose en el lago!
- ¿Cuántos fantasmas hay en Hogwarts?
- Creo que cuatro –intervino Rose- Los de las casas.
- ¡Oooh!
- ¿Y no había techo en el comedor? ¡No había!
- Sí, pero es invisible.
Un chico bajó las escaleras de los dormitorios, saltaba de emoción mientras decía:
- ¿Quiénes son Robert Thompson y Albus Potter?
- Yo soy Robert –saludó un chico bajo de cabello castaño.
- ¿Y Albus?
- Y-yo –tartamudeó Albus.
- ¡Genial! ¡Somos compañeros de cuarto! ¡Escojo la litera de la derecha!
- Si… ¿Nuestras cosas ya están allí?
- ¡Sí! ¡Vengan!
Robert y Albus subieron las escaleras acompañado de aquel chico tan entusiasta. Llegaron a una espaciosa habitación de colores oscuros, había una litera y una cama donde se hallaba el baúl y las cosas de Albus.
- ¡Hedwig! –corrió para sacar a su lechuza que yacía molesta de tanto encierro en su jaula.
- Solo pido el lado de arriba de la litera. Por cierto, me llamo…
- Sí, mucho gusto ¿Hablamos mañana? Ya tengo sueño –masculló Robert mientras se acostó en el puesto de debajo de la litera.
- Buenas noches.
Albus se acostó en su cama, solo para quedarse sin sueño por todos los recuerdos del primer día. Se levantó de golpe para escribirlos en una carta para su padre y contarle todas las maravillas sucedido, especialmente la del sombrero:
… Respecto a lo del sombrero seleccionador, tenías razón, ¡Estoy en Gryffindor! ¡Donde habitan los valientes! ¡Como tú! Gracias por el consejo, responde pronto y mándale saludos a Lily y a mamá, tengo que irme a dormir ¡Mañana empiezo mi primer día de clases! Los quiero.
Enronlló la carta y la ató en una patita de su lechuza, le acarició el pico y le dijo:
- Llévale esta carta a papá lo más rápido posible ¿Vale?
La lechuza le dio un pequeño picazo en el dedo en señal de afecto y salió volando por la ventana, Albus se quedó viéndola desaparecer majestuosamente en el aire mientras se acostaba para ir a dormir, más tranquilo y esperando su primer día de clases…
hola!! me tardé muxiisiimo verdad? no sabía si colocar o no este blog! pero aqui está ! espero que sea un existo! y la historia estará más interesante a medida que pasa el tiempo! hay resumenes que no sabian algunos de harry potter o antes de esa historia!! y nuevos!! jeje eso es sorpresa!
xoxo mari R
domingo, 10 de enero de 2010
Despedidas y bienvenidas
Capitulo 1
Albus Potter y su prima Rose Weasley, dos niños de 12 años, que comienzan su primer curso en el mejor colegio de magia y hechicería de todo Londres, como todos los magos y brujas de su edad, siempre lo habían esperado, por las historias de sus padres, primos y amigos. Era el sueño de todo chico, en especial el de Albus, que desde muy pequeño había escuchado las aventuras de su padre Harry y de su hermano mayor James. El estaba dichoso, ya que no tendría que oír otro rumor o cuento más, ahora le tocaba vivir esa experiencia, vivirla en Hogwarts
Ese día se despidieron de sus padres en el aden nueve y tres cuartos, y subieron al tren, encontraron un vagón para los dos, dejaron sus cosas arriba, y colocaron cerca de ellos a sus mascotas, Hedwig (La de Albus, la llamó así porque se la había obsequiado su padre y le quiso poner el nombre de la lechuza que el tenia cuando estudiaba) se sentaron esperando a que saliera el tren. Su mente solo pensaba en lo que le dijo su padre:
- … si a ti te preocupa, podrás elegir entre Griffindor y Slytherin. El sombrero seleccionador tiene en cuenta tus preferencias.
- ¿En serio?
- Conmigo lo hizo.
Se comenzó a oír las puertas cerrarse, el tren ya iba en marcha, Albus y Rose se despidieron de sus padres por la ventana mientras sonreían felizmente. No podía imaginar su nueva vida estudiando en el mejor colegio de magia y hechicería de todos los tiempos, haría nuevos amigos y aprendería encantamientos con su barita nueva, aun la recordaba perfectamente: 26 cm, acebo, pluma de fénix, muy flexible, perfecta para hacer encantamientos, le había dicho Ollivander, el mago vendedor de varitas del callejón Diagon. Albus no cabía en sí de suspenso y emoción, había escuchado historias tan espectaculares de Hogwarts.
- ¡Iremos a Hogwarts! ¡Iremos a Hogwarts Al! – gritaba Rose emocionada mientras saltaba del asiento con alegría.
- Si, al fin.
- ¿Qué te pasa Al? ¡No me digas que no te emociona!
- Sí, pero ¿Si quedo en Slytherin?
- No lo creo, toda tu familia ha sido de Gryffindor, igual que la mía, ¡Estaremos estudiando juntos Al!
- Sí, pero… ¿Si yo soy una excepción?
- No, no lo creo, ya verás como todo irá bien.
- Sí, eso espero.
Se escuchaban pasos a lo lejos y murmullos en los vagones, que cada vez se hacían más fuertes. Albus y Rose abrieron la puerta para ver que ocurría, entonces vieron a un chico pálido de cabello rubio claro caminando por los vagones mientras todos lo veían despectivamente y murmuraban cosas. Rose se acercó a él mientras le susurró a Albus:
- Pobre chico, creo que no tiene vagón. ¿Qué tal si lo invitamos?
- Me parece buena idea, es algo tímido ¿no crees?
- Si, mejor voy yo
Rose caminó decidida mientras le tendía la mano al chico que se asustó de repente, y luego la miró con curiosidad. Ella sonrió y le dijo:
- Hola soy Rose Weasley, ¿No tienes vagón? Si quieres siéntate con mi amigo Albus y yo.
- Eh, yo… - comenzó a tartamudear el chico.
- Hola, ven con nosotros. – lo animó Albus.
- De acuerdo. Me llamo Scorpius Malfoy.
- Mucho gusto, soy Albus Potter.
¿Potter?, exclamaron muchas voces a lo lejos mientras lo veían y algunos murmuraban ¡Es otro Potter! ¿No es hijo de Harry, Harry Potter? Albus los ignoró y entró al vagón con Scorpius y Rose.
- Entonces tú eres Albus Potter – dijo Scorpius.
- Si, encantado de conocerte Scorpius.
- ¡Hey! ¿Qué tal si te decimos Scorp? Es un diminutivo, claro. – dijo Rose contenta.
- Sí, me gusta.
- ¿En qué casa estas Scorp?
- Aun no lo sé. Soy nuevo este año.
- ¿En serio? ¡Es genial! Nosotros también. – continuó Albus emocionado – Pero no quiero quedar en Slytherin.
- ¿Por qué no?
- Toda mi familia es de Gryffindor, y los decepcionaría mucho si quedara allí. Tal vez quede en Slytherin.
- Yo si voy a quedar en Slytherin, mis padres son también de esa casa. Si te ponen conmigo tal vez podríamos estudiar juntos.
- Sí, pero también quiero estudiar con mi prima Rose.
- ¿Ustedes son primos? – preguntó Scorpius sorprendido.
- Sí, mi padre es hermano de su madre, y también su mejor amigo. ¿No es genial? – intervino Rose contenta.
- Si, debe ser genial. Yo no tengo primos, mi papá era hijo único.
- Oh, igualmente podemos ser amigos. – dijo Albus.
- Gracias. ¿Me equivoco o tu eres el hijo de Harry?
- Si, si lo soy ¿Por qué la pregunta?
- Es que me dio curiosidad. ¿Me imagino que te llamaron Albus por…?
- Por un antiguo director de Hogwarts que mi padre estimaba mucho. En realidad de dos directores, Albus Dumbledore y Severus Snape.
- ¿Entonces eres Albus Severus no?
- Si, ¿Tú te llamas…?
- Nombre completo ¿no? Scorpius Hiperion
- ¿Hiperion? – preguntó Rose.
- Por mi abuelo. ¿Y tú?
- Rose Simone. Rose me lo puso mi madre, y el Simone es por mi abuela materna.
- Oh, ya veo.
El resto del viaje los chicos hablaron sobre Hogwarts. Compraron unos dulces cuando pasó el carrito de la comida, mientras la señora los miraba con simpatía y les sonreía con curiosidad. Se colocaron sus túnicas del colegio mientras sonreían con gran anhelo y emoción.
- Aun no puedo creer que estaremos en Hogwarts. – dijo Rose.
- Igual yo. – dijo Scorp
En ese momento entró James al vagón mientras veía a Scorpius con curiosidad. James venía con un chico alto de cabello negro, atrás venían Ted Lupin tomado de la mano de Victorie Weasley, también estaban las gemelas Molly y Lucy acompañadas de una chica de tez muy pálida y cabello rubio claro hasta las caderas.
- ¡Entonces es cierto! – dijo un chico detrás quien miraba a James y este le hizo un hechizo y le salieron asquerosas verrugas de la cara. Todos rieron en especial Albus y Rose.
- Eso te pasa por cretino curioso. – le dijo James mientras el chico huía corriendo.
- Creo que te pasaste un poco James. – dijo el chico de cabello negro.
- Nadie lo llamó de curioso Johames. – habló la chica de cabello rubio.
- Hola Al. Hola Rose ¿Cómo están? – preguntó Ted.
- ¡Hola Teddi! – saludaron Al y Rose al unisonó.
- Hey, no me digan así – susurró teddi.
- ¡Claro, Teddi! – canturreo James. Victorie soltó una risilla.
- Cállate dientón – Todos rieron menos Albus, Rose y Scorpius.
- ¿Por qué dientón? – preguntó Albus.
- Oh, es una historia graciosa. Veras… - iba comenzando a decir una de las gemelas Weasley pero James le cerró la boca con la mano.
- ¡Nada! ¿Tú no eres prefecto? Córrelos a todos – le dijo James a Ted.
- Es cierto, tranquilo Al, hablaremos de eso cuando te sienten con nosotros en la cena. Adiós muchachos vamos, vamos fuera. – y corrió a todos los chicos que salieron menos una la chica pálida de cabello rubio claro.
- Hola mi nombre es Melanie Longbottom, ¿Quieren una revista “El Quisquilloso”?
- ¡Si me encanta dame tres! – gritó Rose mientras sacaba dinero de un monedero y le pagaba a la chica.
- ¿Son de primero no? – preguntó ella.
- ¡Sí! Tu igual ¿no?
- ¡Sí!
- Siéntate con nosotros, si quieres.
- Eh no puedo, tengo que terminar de vender estar revistas, nos vemos al salir del tren.
Todos los chicos comenzaron a leer las revistas, que tenían los títulos y nombres más interesantes de todos, escrito claro está, por Xenopius Lovegood y Luna Longbottom, su hija. Albus se mordió el labio inferior mientras pensaba que tal vez no podría hablar con ninguno de ellos, ya que todos están en Gryffindor, ¡Como lo trataría James si el quedara en Slytherin! Scorpius interrumpió los pensamientos de Albus hablando:
- ¿No crees Al? – dijo Scorpius.
- ¿Qué cosa?
- Que sería genial que todos quedáramos en Raveclaw, así no quedaríamos en una mala casa y romperíamos toda la tradición. Además a Ravenclaw van los inteligentes.
- Entonces no puedes ir tu Al – bromeó Rose y Scorpius rió.
- Que graciosa.
El tren se detuvo y los chicos saltaron del susto. Comenzaron a mirar por la ventana y solo se veían puras cabezas por todo el tren mientras los prefectos bajaban a guiar a los de primer año.
Albus, Scorpius y Rose esperaron a que salieran la mayoría de las personas del tren. Cuando bajaron encontraron a un grupo de alumnos que se encontraba cerca de la estación, caminaron hacia allí. Encontraron a un hombre muy grande que se acercaba a ellos, era muy peludo y tenía una espesa barba, llevaba un chaleco peludo encima con unas grandes botas. Miró a Albus y esbozó una gran sonrisa.
- ¡Albus, Rose! ¡Qué alegría verlos! – dijo el hombre.
- Eh… - comenzó a decir Albus.
- Ah, lo siento. Soy Hagrid, Rubeus Hagrid para servirles.
- ¡Usted es el guardabosque y el profesor del colegio! Mi papá, me habló de usted, era amigo de mis abuelos cuando estudiaron aquí, también de mis padres. – exclamó Albus.
- Si, mis padres me dijeron que usted les dio Cuidado de criaturas mágicas, y que lo visitaban muy a menudo – continuó Rose.
- ¿Enserio Harry, Ron y Hermione les dijeron eso? ¡Qué buenos son! ¡Te pareces tanto a tu padre Albus al principio te confundí con él y heredaste los ojos de tu abuela!. ¿Cómo te llamas chico? – dijo Hagrid a Scorp.
- Mi nombre es Scorpius Malfoy, mucho gusto.
- ¿Malfoy eh? El gusto es mío muchacho – respondió Hagrid fingiendo amabilidad. – Vengan todos.
Hagrid caminó hasta donde estaban los demás alumnos de primero mientras decía en voz alta:
- ¡Los de primer año síganme! ¿Están todos? Excelente. Bienvenidos a Howagrts, soy el profesor Rubeus Hagrid, seré su guía camino al colegio. Por favor síganme para llegar al lago.
Todos los chicos caminaban y miraban a Hagrid, mientras seguían un angosto sendero de arboles. Al doblar una curva todos soltaron exclamaciones y murmullos de asombro al igual que Albus, observaban fascinados el hermoso y alto castillo con muchas torres que se alzaba orgulloso cerca del lago, en la orilla más cercana a los alumnos se encontraban botes, Hagrid se aceró a uno y dijo:
- Montaran estos botes para llegar al colegio. Es una antigua tradición, espero que les guste. Solo cuatro alumnos por bote, no mas, ni menos.
Albus, Rose y Scorpius tomaron un bote esperando para ver quién sería su acompañante en el bote. En ese momento se acercó la chica que habían visto en el tren, Melanie y les preguntó:
- ¿Puedo subirme con ustedes?
- Por supuesto – aceptó Rose contenta.
Los cuatro chicos subieron al bote mientras remaban hacia el colegio. Algunos chicos tenían problemas con los remos y se retrasaban un poco. Cuando ya iban llegando Melanie comentó
- Aquí hay un calamar gigante ¿Cierto?
Todos palidecieron y miraron rápidamente al agua. Los chicos de adelante salieron de los botes tropezando unos con otros. Rose y Scorpius rieron a carcajadas, mientras salían de los botes junto con Melanie y Albus pisándoles los talones. Caminaron junto con Hagrid y los demás chicos hasta una gran puerta de madera donde los esperaba una mujer menuda, joven con las facciones delicadas y el cabello rubio caramelo, llevaba una túnica negra y tenía una ancha sonrisa en el rostro.
- Los estaba esperando – dijo la señora con voz melosa.
- Lo siento Thania. Aquí te los dejo – dijo mientras abría la grandes puertas de madera.
Los chicos miraban la estancia mientras se abría la puerta, solo se veía un gran pasillo iluminado por velas La pequeña mujer nos vio y habló:
- Bienvenidos a Hogwarts, el colegio de magia y hechicería. Mi nombre es Thania Thinwet, mejor conocida como la jefa de la casa de Gryffinfor y la profesora de transformaciones. Como algunos ya saben les damos una cordial bienvenida al colegio, mientras estén aquí tendrán una casa donde dormirán, pasaran su tiempo libre y estudiaran. Las casas son Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin, cada casa tiene su historia, cada triunfo les suma puntos a sus respectivas casas y por cada falta que cometan se les restará puntos por violar alguna de las reglas de la institución – continuó mientras se aclaraba la garganta – Ahora elegirán a que casa pertenecen antes del banquete. Caminen conmigo hacia el comedor, donde descubrirán que sus cosas ya están adentro y las colocaran cuando sean seleccionados. Por favor síganme. – caminó mientras todos la seguían hacia el comedor.
Albus, Scorpius, Rose y Melanie caminaron mientras los primeros chicos se pararon en la entrada del comedor y los de atrás chocaron con los de adelante. A todos se les escapó un ¡Wooow! Cuando observaron el comedor. Eran una gran estancia iluminada por miles de velas que flotaban en el aire y el techo no estaba, o eso parecía serlo, ya que solo se veía la noche estrellada bajo la sala. Había cuatro grande mesas colocadas verticalmente donde ya estaban sentados los estudiantes que en ese momento veían a todos los de primero. Más adelante estaba una gran mesa lateral que debía ser de los profesores, y había una silla dorada que destacaba entre todas las demás y había una mujer mayor en ella que sonreía radiante esperándonos.
- Adelante – caminó la profesora Thania mientras saludaba con la cabeza a una mujer que estaba en el centro de la mesa.
Los de primero la siguieron atemorizados por tantas miradas de los otros estudiantes, en el centro del salón había un pequeño taburete con un sombrero viejo y raído.
El sombrero comenzó a cantar:
Oh, podrás pensar que no soy bonito,
Pero no juzgues por lo que ve.
Me comeré a mi mismo si puedes encontrar
Un sombrero más inteligente que yo.
Puedes tener bombines negros,
Sombreros altos y elegantes.
Pero yo soy el Sombrero Seleccionador de Hogwarts
Y puedo superar a todos.
No hay nada escondido en tu cabeza
Que el Sombrero Seleccionador no pueda ver.
Así que pruébame y te diré
Dónde debes estar.
Perteneces a Gryffindor,
Donde habitan los valientes.
Su osadía, temple y caballerosidad
Ponen aparte a los de Gryffindor.
Puedes pertenecer a Hufflepuff,
Donde son justos y leales.
Esos perseverantes Hufflepuff
De verdad no temen al trabajo pesado.
O tal vez a la antigua sabiduría de Ravenclaw,
Si tienes mente dispuesta,
Porque los de inteligencia y erudición
Siempre encontraran allí a sus semejantes.
O tal vez en Slytherin
Harás tus verdaderos amigos.
Esa gente astuta utiliza cualquier medio
Para lograr sus fines.
¡Así que pruébame! ¡No tengas miedo!
¡Y no recibirás una bofetada!
Estas en buenas manos (aunque yo no las tenga).
Porque soy el Sombrero Pensante.
Todos aplaudieron fuertemente ante el sombrero, la profesora Thinwet alzó una mano en señal de silencio todos obedecieron, otra vez los nervios acudían a Albus, que no dejaba de pensar en las palabras que le dijo su padre Harry: Puedes decidir si tú quieres…Lo hizo conmigo.
La profesora había llamado al primer alumno de su lista:
- Anmeni, Eric – llamó la profesora mientras todos buscaban con la mirada a un chico rubio, su cara solo mostraba nerviosismo, más que Albus. El chico caminó en dirección hacia la profesora mientras ella le explico a todos – Lo único que tienen que hacer es esperar a que los llamé por orden de lista, pasan, se sientan, les pongo el sombrero y el buscará en sus mentes sus mayores rasgos para determinar en qué casa deben estar. Cuando el haya decidido solo lo dirá ¿Entendido?
Los demás chicos trataron de hablar, pero solo movieron la cabeza en señal de asentimiento. El pobre chico se sentó en el taburete, parecía que iba a vomitar en cualquier momento, la profesora le puso el sombrero, y este se movió y surgió una ranura en el medio que debía ser su boca y gritó:
- ¡RAVENCLAW!
La profesora le quitó el sombrero mientras toda la mesa de Ravenclaw estallaba en aplausos, el chico sonreía de oreja a oreja mientras se sentaba en la mesa de su casa, donde todos lo recibían aplaudiéndole.
Pasaron miles de nombres, en ese momento llamaron:
- Longbottom, Melanie.
-
Lila no estaba aterrada, si no sonriente mientras se sentaba y le colocaban el Sombrero Seleccionador, el pensó durante unos segundos y dijo:
- ¡GRYFFINDOR!
Toda la mesa de Gryffindor estalló en aplausos, la recibían sonrientes y más emocionados de lo normal. Llamaron a cuatro alumnos más cuando dijeron después:
- Malfoy, Scorpius.
Scorpius se encontraba al lado de Albus, y notó como pego un brinco del susto al oír su nombre. Anduvo valiente hasta el taburete, se sentó y suspiro mientras el sombrero hacia su trabajo, Albus se imaginó lo que ocurriría a continuación, el sombrero diría Slytherin. Solo se oyó:
- ¡RAVENCLAW!
Todo el salón se quedó un segundo anonado, al igual que Albus, después todos los chicos de la casa de Ravenclaw aplaudieron por su nuevo miembro. El chico sonrió y se sentó cerca de Johames, el amigo de James.
Pasaron a dos alumnos más, cuando dijeron:
- Potter, Albus
xoxo mari R☆★